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Museo Nacional de Artes Visuales

Los tradicionales muñecos japoneses

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Los tradicionales muñecos japoneses


Detalle

22 de Set, 1999 – 03 de Oct, 1999



Los tradicionales muñecos japoneses están en el Uruguay

El 22 de setiembre de 1999 se inauguró una singular muestra titulada "Los muñecos del Japón", que se descuenta habrá de despertar un gran interés en el público montevideano. La exposición ofrece la posibilidad de apreciar el mundo artístico actual de los muñecos japoneses, es decir, el resultado de la creadora conjunción de una antiquísima e inigualada tradición con un llamativo compromiso con la vida moderna del Japón. Básicamente, la muestra agrupa los muñecos según los sucesos particulares del calendario japonés, el método de fabricación, el diseño y las características regionales.

La realización de muñecos tiene un antiguo origen en el mundo. Así, por ejemplo, se los construyó como encarnación de espíritus de adoración, como objetos poseedores de poderes mágicos, como juguetes que repetían la figura humana o, simplemente, para exhibirlos y disfrutarlos. Si bien esta costumbre es universal, es muy probable que ningún país pueda ofrecer una variedad de muñecos tan grande como la del Japón. El origen de los muñecos japoneses se remonta a casi 3.000 años, en la era Jomon. Sin embargo, será a partir de la era Edo que los muñecos adquirirán una gran variedad de formas y propósitos.

Entre las diversas festividades celebradas al cambiar las estaciones, Joshi no Sekku (el 3 de marzo) y Tango no Sekku (el 5 de mayo), fueron muy populares en la era Edo, período de estabilidad que se caracterizó por la ausencia de luchas políticas, en el cual la gente común fue ganando influencia, lo que dio lugar a que los muñecos se usaran más para exhibirlos y para disfrutarlos que para otras finalidades. Este cambio, a su vez, hizo posible que se mejoraran los materiales y las técnicas utilizados en su fabricación. Los muñecos de cada localidad, exclusivos de los distintos lugares, aparecieron en todo el país estableciendo la base de la rica y variada cultura de los muñecos con que cuenta Japón en la actualidad.

Los muñecos son fabricados con papel, tela o arcilla, siguiendo una amplia gama de técnicas que logran en los muñecos una característica expresión de serena hermosura y que, a su vez, permiten una gran variedad de colores. Gracias al alto nivel de habilidad empleado en su realización han dejado de ser meros juguetes para niños y se han convertido en objetos artísticos que constituyen un género independiente en el amplio campo de la artesanía.

Gosho Ningyo, o muñecos del Palacio Imperial, representan los rasgos de niños pequeños. Estos muñecos se hacen cubriendo una base de madera con capa tras capa de polvo de concha de ostra. El cuerpo se pule hasta obtener brillo y finalmente se pintan las cejas, los ojos y la boca.

Los muñecos Kimekomi se tallan en madera y luego se "visten" pegando directamente la tela encolada sobre la superficie de madera con los bordes perfectamente presionados hacia el interior de ranuras talladas. "Muñecos vestidos" es un término genérico para muñecos vestidos con ropas de tela teñida o tejida que muestran una amplia gama de diseños. Generalmente se hacen en etapas separadas, un artesano realiza primero la cabeza, un especialista en vestidos viste el cuerpo con un kimono y otra persona hace los brazos y las piernas antes de unir finalmente todas las piezas del muñeco.

La mayoría de los muñecos de arcilla son realizados con arcilla cocida, luego pintada con pintura al temple o polvo de concha de ostra.

Los muñecos Kokeshi, un producto del arte de la tornería del Japón, están hechos de madera tallada y pintada. Su historia es relativamente corta y su origen se remonta a finales de la era Edo. Se trata de productos de la artesanía de la región de Tohoku y la característica más notable que presentan es la ausencia de brazos y pies.