Museo Nacional de Artes Visuales

"Luego, ví un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron y el mar no existe ya." ( Ap. 21, 1)


Encontrarse sobre el umbral del tercer milenio que se abre antes como un nuevo horizonte, alimenta en la conciencia de la humanidad la perspectiva del futuro.

La fe cristiana, no obstante, ofrece una llave interpretativa original de la historia, a partir del evento- Cristo, que es " lo mismo ayer, hoy y siempre" (Carta a los Hebreos 13,8). "El Alfa y la Omega, aquel que es, que era y que va a venir" (Apocalipsis 1,8).

También el hombre tecnologizado, por consiguiente, el artista contemporáneo sabrá hablar de Dios, ofreciéndole iconos con los cuales traspasa la figura de la verdad.

Un grupo de diez obras, provenientes de la Colección de Arte Religioso Moderno de los Museos Vaticano, testimonian los caminos transcurridos por el arte contemporáneo en el campo religioso para sustituir a los estereotipos de representaciones formalistas experimentacionales, capaces de expresar las nuevas instancias del espíritu humano.

Son temas sagrados de variada temática: desde la tragedia de la Crucifixión de Graham Sutherland, al sentido abstracto de soledad de aquella de Bernard Buffet, a la obsesión irónica del rostro sufriente de Cristo de Georges Rouault (obras de la mitad de nuestro siglo), para pasar al idilio de una Fuga en Egipto de Luigi Bartolini de 1935, a la intimidad de la conversación entre Cristo y la Samaritana de Mario Sironi.

Se llega luego a obras de plena actualidad con la Virgen de Czestochowa de Tommaso Gismondi y los dos penetrantes retratos de Juan Pablo II de Enrico Manfrini y de Dina Bellotti.

Un nostálgico Revival de arquetipos culturales del quattrocento, sombreados en el bajorrelieve de Enrico Manfrini, que representa la Virgen rodeada de Angeles y en el cuadro de Raúl Soldi, la Virgen y Santa Ana que se inspira en un texto religioso medioeval.

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