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Museo Nacional de Artes Visuales

Más allá de nuestros días, 1975
Manuel Espínola Gómez (1921-2003)

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Más allá de nuestros días, 1975
Manuel Espínola Gómez (1921-2003)




Más allá de nuestros días, 1975
El maniquí (uno de los objetos icónicos presentes en la pintura metafísica) es uno de los pretextos para testimoniar su irónico voto por la concordia nacional en momentos en que la dictadura militar promovía los festejos del "Sesquicentenario de los Hechos Históricos de 1825". El color verde puede evocar connotaciones evidentes en estas siluetas mecanizadas, aunque Manuel afirmaba su intención de no caer nunca en lo explícito y, en todo caso, de "loquear con sobriedad". La esponjosidad de los elementos (árboles, follajes) tiene algunos puntos de contacto con las obras de los pintores naïves croatas de la Escuela de Hlebine (década del 40), quienes trabajaron con una serie de paisajes bastante similares a los pintados por Espínola para esta serie.

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Beyond our Days, 1975
The mannequin (an iconic object in metaphysical painting) is one of the pretexts to ironically state his vote for national harmony at the time when the military dictatorship held the celebrations of the Sesquicentennial of the Historical Events of 1825. The green color may evoke obvious connotations in these mechanized silhouettes, although Espínola had stated his intention of never falling into the explicit and, if at all, of "letting loose soberly". The sponginess of the elements (trees, foliage) has some points of contact with the works of the naive Croatian painters of the Hlebine School (1940s), who worked with a series of landscapes quite similar to those painted by Espínola for this series.

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Além dos nossos dias, 1975
O manequim -um dos objetos icônicos presentes na pintura metafísica- é um dos pretextos para testemunhar seu irônico voto pela concórdia nacional em momentos em que a ditadura militar promovia as celebrações do Sesquicentenário dos Fatos Históricos de 1825. A cor verde pode evocar conotações evidentes nestas silhuetas mecanizadas, embora Espínola afirmasse sua intenção de nunca cair no explícito e, em todo caso, "louquejar com sobriedade". A esponjosidade das árvores e folhagens tem alguns pontos de contato com as obras dos pintores naïfs croatas da Escola de Hlebine, da década de 40, que trabalharam com uma série de paisagens bastante semelhantes àquelas pintadas por Espínola para esta série.

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