Los gauchitos de Blanes
La doma, c.1875
Juan Manuel Blanes (1830-1901)
Técnica: Óleo
Soporte: Tela
Medidas: 80 x 100 cm
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Muchos escritores y pintores uruguayos abordan el asunto del gaucho como tema social, telúrico, adaptado en costumbres a las necesidades de la geografía. Habitante de los inmensos territorios casi desérticos del sur de América del Sur, de Río Grande en el actual Brasil, gran parte de la actual Argentina y el territorio de Uruguay, es resultado de cruces étnicos de variados orígenes: indígenas, afro descendientes, europeos varios. Fugados, libertarios, nómades. Algo solitarios y algo violentos, con manifiestas características desde las faenas o la sospecha hacia el prójimo, los gauchos adhirieron a las contiendas independentistas nutriendo sus ejércitos. Sin embargo, en tiempos de Blanes la campaña comienza a ser otra, los campos y sus tareas se pretenden redefinir en trabajos por los que aquel gaucho ya no podía revestir sus características levantiscas y solitarias. Con el foco en ese tránsito epigonal, Blanes realiza una serie muy numerosa en obras de pequeño formato con el gaucho protagonista de faenas, costumbres, vestimenta, diversiones. Vuelve a convertirlo en un figura prototípica, en un poblador forjado e integrado al espacio geográfico extra muros de las ciudades del país. Las cuatro obras referidas conforman ejemplos sustanciales de esa mirada singular del artista, costumbrista y folclórica. En general Blanes realiza la serie en pequeño formato, de ahí la calificación extendida de "los gauchitos". En el grupo se observan tareas de trabajo y solaz. En todas hay delectación del artista por sus prendas, por lo que los presenta en sus galas: sombrero caído o encajetado, pañuelo que sirve alternativamente para protegerse del viento o para el sudor, bombachas, chiripá sobre las bombachas que se sujeta entre las piernas y se sostiene mediante faja o tiradores, botas de potro que dejaban los dedos de los pies al descubierto para jinetear mejor, el poncho -esa especie de manta tejida- como abrigo o escudo. Se transforman así en cuerpos portentosos forjados a trabajo de grandes esfuerzos. En ese sentido, los múltiples dibujos de estudios académicos de Blanes demuestran gran dominio del cuerpo humano, soporte fundamental en estas composiciones. En esta serie Blanes se muestra más libre y ligero. Traza al hombre en su entorno de naturaleza, un gran vacío humano, por lo que la campaña, su horizonte y su cielo revisten especial interés para el artista, especialmente en su predilección por las luces del amanecer o del atardecer. Si bien sus figuras parecen "posar", Blanes descomprime en los gauchos las posturas reiteradas de sus retratos. La presencia de alguna china, de gallinas en torno a un rancho, de un mate y lo que intuye como el silencio del entorno aparecen como única socialización.