Museo Nacional de Artes Visuales

En el bar la Ronda había habitués. Fermín Hontou (Ombú, un artista con una obra inmensa, ilustrador, caricaturista, dibujante) era, definitivamente, uno de ellos. En todas las estaciones, ahí estaba, sentado a solas o con otras personas, dibujando. Con un sombrero de fieltro, con una copa de vino, con la mirada que oscilaba entre las ilustraciones en un bloc de hojas A4 y el rostro y el cuerpo de otros parroquianos. Si una persona se acercaba a escudriñar aquel trabajo iba a encontrar fotogramas de una película hecha de humo, cervezas, confidencia y, ocasionalmente, un cierto esplín juvenil, burgués y hasta presuntuoso.

Aquellos fotogramas de Ombú lograron construir un mundo, con sus coordenadas, con su latitud, su longitud, su cielo tachonado de estrellas, sus mundos subterráneos, su texto y un subtexto que hablan con precisión de una cierta impunidad juvenil que rondaba los encuentros nocturnos. En esta exposición se recorta una era (en la larga trayectoria de La Ronda, que sigue viva), una que sucede entre 2011 y 2015.

Hechas con marcador, con tinta china, en algunos casos con ecoline o acuarelas, en estas estampas aparecen personas que desafían a otras personas (y las inscripciones de Ombú, que intervienen los dibujos para agregar información sobre una marca de whisky, una palabra dicha más o menos azarosamente, un desafío sobre quién es la mejor guitarrista del folk) o que se mofan de otras más, aparecen discusiones, apuntes urgentes que el propio autor deja regados a modo de recordatorio ("pagar cuanto antes", una alusión a Osvaldo Cibils), flirteos, increpaciones que algún alunado le hace al propio artista ("otra vez este pesado dibujante de boliche") y frases que son, también, títulos ("Lavorare stanca", "Los hombres también 'pinchan' (discos)"), "Dreams are made of love & flesh".

Inés Bortagaray
Curaduría


Fermín Hontou (Ombú)
Nació en Montevideo, Uruguay, el 11 de setiembre de 1956.
Durante su adolescencia un compañero de liceo lo bautiza Ombú, seudónimo con que firma sus dibujos a partir de esos años. Es allí cuando comienza su formación, primero en una Academia de Dibujo dirigida por el maestro Esteban Garino, un acuarelista de temas camperos e históricos, durante 1970 y luego en 1973, con quien él considera su primer maestro "Pepe" Montes, con quién concurre a trabajar todas las semanas durante 4 horas. Montes le confía, a partir de 1975, las clases de dibujo y claroscuro y las correcciones de aquellos que ingresan al taller. "Pepe" Montes se había formado en el Taller Torres García junto a Augusto Torres, Julio Uruguay Alpuy, Alceu Ribeiro, José Gurvich y Francisco Matto, es entonces que conoce a algunos de ellos y por recomendación de Montes comienza a asistir al taller que monta en sus estadías montevideanas Julio Uruguay Alpuy entre los años 1977 y 1979. Durante todos estos años, Ombú se formó como dibujante y pintor, siguiendo los lineamientos torresgarcianos hasta que en 1979 hasta 1982 se vincula al taller de otro compañero de sus maestros, el dibujanta, docente y pintor Guillermo Fernández, quién lo alienta en el gusto original de Ombú por el dibujo caricaturesco y la ilustración. Es entonces, durante sus años de taller con Guillermo, que Fermín Hontou (Ombú) se vuelca definitivamente a la caricatura, la historieta y la ilustración. A principios de 1982 realiza la adaptación para historieta del conocido cuento de Paco Espínola "Rodríguez" con guión de Carlos di Lorenzo (Dilo) con quien había creado el año anterior su personaje semanal "El Manicero", que se comenzó a publicar en 1981 en la revista "Opción". En julio de ese año crea la mascota y la portada de la revista "El Dedo" que comienza a publicarse en julio de 1982. En agosto Ombú viaja a México, aunque sigue enviando colaboraciones para "El Dedo", que es clausurada por el gobierno cívico-militar en febrero-marzo de 1983. En Ciudad de México realiza el diseño y las portadas de "Cuadernos de Marcha" y a fines de 1983 comienza a colaborar con el periódico Unomásuno, realizando cartones y caricaturas políticas para el suplemento dominical PáginaUno. También colabora con la revista de Mexicana de Aviación "Caminos del Aire" y en 1984 publica su primer libro en una coedición de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Editorial Edilín llamado "El Increíble Viaje del Chapulín" con un tiraje de 40000 ejemplares y a todo color.
En 1985, con el retorno de la democracia, Ombú regresa a Montevideo, y se incorpora, junto a sus viejos amigos, a la revista "Guambia", que había comenzado a publicarse a mediados de 1983, realizando portadas y caricaturas e historietas hasta su cierre por motivos económicos en 2001. También colaboró con el semanario "Jaque" y el mensuario "Cuadernos de Marcha". Publicó dibujos e historietas en el suplemento "El Tic-Tac" del diario La Hora Popular.