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11 de Oct, 2001 – 04 de Nov, 2001
Extraordinaria serie de grabados de Otto Dix - El terrible mundo de la guerra
El 11 de octubre de 2001, se inauguró la exposición "Otto Dix: Grabados de los Años Veinte y Serie de Grabados y Aguafuertes "La Guerra". La muestra contó con los auspicios del Instituto de Relaciones Exteriores de Stuttgart.
Otto Dix nació en 1891 en Turingia y falleció en 1969, cerca del Lago de Constanza. El estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, interrumpió sus estudios en la Escuela de Arte Industrial de Dresde. Llamado a filas, durante su época de recluta logró realizar varios retratos y autorretratos de gran nivel, entre ellos el "Autorretrato como soldado". Durante su desempeño como militar fue herido, condecorado y ascendido. Y, asombrosamente, en los tres años que pasó en el frente de batalla, en circunstancias terribles, logró realizar cientos de dibujos, acuarelas y aguadas. Los bosquejos realizados con rapidez en las trincheras, así como las descripciones generalmente cubistas y futuristas del campo de batalla con los cráteres abiertos por los impactos de las granadas, las casas en ruinas y la naturaleza despiadadamente destruida, constituyeron, en esencia, la base para los cuadros de guerra que Dix crearía después y con los que causaría sensación.
Terminada la guerra, retornó sus estudios en Dresde. Sus nuevos trabajos seguían influenciados por el expresionismo, por el cubismo y, sobre todo, por el futurismo. También recibió influencias ciertas del movimiento Dadá, como lo demuestran sus famosas obras sobre los lisiados de la guerra. Los nazis las denunciarían como un típico ejemplo "de sabotaje al espíritu militar de las fuerzas armadas", en la difamatoria exposición "Arte degenerado", de 1937.
A partir de 1920, Dix se volcó al realismo. Los temas de sus cuadros se volvieron objetivos, marcadamente verísticos. En ese estilo, pintó los retratos que presentaban la esencia de los retratados: las obreras con sus hijos, vejadas y marcadas por la vida; prostitutas de la zona roja de Dresde, casi vecinas de Dix, etc.
La creación pictórica de los años inmediatamente posteriores a la guerra se vio reflejada en una importante producción de grabados que se intensificó a partir de 1920. Como en su obra pictórica, surgieron litografías y aguafuertes que mostraron la transición del concepto expresionista-futurista al concepto verista. En esta importante etapa de su trayectoria, se concentra la exposición del Museo Nacional de Artes Visuales con la exhibición de 86 obras.
Dix buscó un recurso artístico que lo ayudara a deshacerse de la pesadilla permanente que significaba el recuerdo de la guerra. Y lo encontró en el grabado, el cual le permitió abordar el tema en forma cíclica. En tan sólo medio año, entre el otoño de 1923 y la primavera de 1924, realizó el ciclo de grabados y aguafuertes de 50 trabajos denominado simplemente "La guerra". El resultado de este genial esfuerzo artístico fue una obra que merecidamente ha llegado a compararse con el famoso ciclo de grabados "Los desastres de la guerra" de Francisco de Goya, a quien Dix admiraba.
Mediante una técnica de aguatinta dominada magistralmente, con cuyo efecto de claroscuro logró intensificar de manera impresionante el efecto de las escenas representadas, Dix ofreció una presentación del acontecer bélico, cuyo realismo genuino y frío no tiene comparación en las artes gráficas. El ser humano en el campo de batalla resulta confrontado en su calidad de carne de cañón, vejado, herido, moribundo, demente, asfixiado por los gases letales. Y Dix no se olvidó de la población civil que también resultaba afectada por los efectos de la guerra. El artista no hizo mención a un conflicto bélico en particular, sino a la guerra como tal, con un conjunto de grabados que constituyeron el punto culminante de su obra gráfica. En buena medida, a causa de la obra sobre la guerra, el gran pintor, el dibujante y el artista gráfico que fue Otto Dix, ha sido considerado uno de los alemanes más destacados del siglo XX.