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2 obras
Nº de Inventario: 5247
Título: Té de Testa
Artista: Santiago Tavella (1961)
Técnica: Impresión chorro de tinta lápiz y acuarela sobre papel Fabriano
Medidas: 76 x 56 cm
Realizado: 2012
Ubicación: Museo Nacional de Artes Visuales
Exhibición: No
Nº de Inventario: 5248
Título: Testa de Testa
Artista: Santiago Tavella (1961)
Técnica: Impresión chorro de tinta lápiz y acuarela sobre papel Fabriano
Medidas: 56 x 76 cm
Realizado: 2012
Ubicación: Museo Nacional de Artes Visuales
Exhibición: No
Catálogo de exposición "Vivir el plano - Santiago Tavella" realizada en el Museo Nacional de Artes Visuales en el 2012. Con textos de Enrique Aguerre y Verónica Cordeiro (curadora de la meustra), y transcirpción de "Santiago Tavella y Graciela Taquini conversan". Textos en español e inglés. Contiene 36 fotografías de obras expuestas, 10 de obras anteriores, 7 panoramas de la muestra montada y biografía, Impreso en Montevideo, 2012, 76 páginas.
06 de Set, 2012 – 04 de Nov, 2012
Museo Nacional de Artes Visuales
Sala 1
Curaduría: Verónica Cordeiro
"El artista opera con formas y no con cosas, porque lo que él está haciendo es un ordenamiento plástico, y no la reproducción de un aspecto natural."
Joaquín Torres García, Universalismo constructivo y Estructura, 1934.
Esta es la primera muestra individual institucional de Santiago Tavella desde el año 2000, cuando realizó Helarte de Santiago Tavella en la Colección Engelman Ost, con curaduría de Clío Bugel y Fernando López Lage. En su extensa y polifacética trayectoria artística, además de músico (miembro-fundador del Cuarteto de Nos, una de las bandas de rock-pop uruguayo de mayor consistencia nacional y reconocimiento internacional), artista visual y curador, Tavella integró la gestión del Centro de Exposiciones Subte en 1997 y desde 2007 hasta fines del año pasado se desempeñó como director de la misma. A partir del comienzo del 2012, gozando de más tiempo y libertad, revierte el orden de prioridades en el campo de las artes visuales para dedicarse con más entrega a su propia producción. Vivir el Plano inaugura el 6 de septiembre en el Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo, resultado de casi un año de intensa producción de taller (el mismo estudio donde compone, estudia, practica canto...), a partir de una investigación comenzada hace dos años en torno a su relación con la arquitectura moderna.
Más precisamente, esta muestra vuelca la mirada hacia algunos elementos fundamentales del lenguaje técnico utilizado en el diseño arquitectónico: el plano, el corte y los alzados producidos por los arquitectos en la proyección de una edificación. Tavella aborda la temática arquitectónica desde el plano; construye una investigación estética que dialoga con la línea, la forma, el color, el documento histórico y viajes en el tiempo: entre su propia historia y subjetividad y la historia oficial de la arquitectura moderna canonizada por escritores como William J. R. Curtis en La Arquitectura Moderna desde 1900 - guía clásica de la arquitectura del siglo XX en todas las facultades, incluida la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República del Uruguay, donde el artista realiza toda su formación, quedando en deuda apenas con el proyecto final.
Retorna a esos libros más de dos décadas después, y los examina con otra mirada. Volver a rever documentos de nuestra juventud implica mucho más que una mirada madurada, crítica o cínica. El objeto del pasado proporciona un desplazamiento hacia atrás que conlleva no solamente la memoria en cuanto reminiscencia fugaz de la mente en el cuerpo del ayer, sino que también reubica el cuerpo actual, los deseos, las ansiedades, los sueños dentro de toda una trama social, económica, política, cultural de un tiempo que está simultáneamente en proceso de perderse y de ser re-vivido. Vivir el Plano marca un momento de transformación y ruptura: en pleno mediados de carrera, Tavella hace una importante revisión de todas sus influencias e intereses, y sin perder la picardía inconfundible que ha caracterizado sus juegos estético-semánticos con las palabras, las formas y los clichés de la cultura popular - los "calambures, antanaclasis, homófonos" de Crioinstalación, 1999/2002, performance, seguidos del libro Yo a este lo ablando hablando, 2004/2009 (Montevideo: Ediciones Santillana), se vuelve, sin lugar a dudas, más serio.
Aunque es posible que la seriedad devenga apenas de la formalidad académica inherente a los contenidos apropiados, o mejor dicho, a los 'planos robados' - de la Villa Savoye de Le Corbusier, de los almacenes Carson de Sullivan, de la Villa Tugendhat de Mies van der Rohe, del proyecto de viviendas Pruitt Igoe de Yamasaki, demolido veinte años después de su construcción y considerado por Charles Jencks como "el día en que murió la arquitectura moderna", de la facultad de ingeniería de Vilamajó, e incluye planos de obras nunca realizadas, como el proyecto perdedor del Hospital de Clínicas de Cravotto, superpuesto al plano de la Intendencia de Montevideo.
¿Qué hacemos con la arquitectura luego de estudiarla, si elegimos no ejercitarla en cuanto profesión? ¿Y qué hacemos con los enseñamientos de nuestros maestros más racionalistas, cuando sus fundamentos se nos adhieren a la memoria como ecos insistentes de un sueño que se vuelve a repetir, noche tras noche?
Confrontarse con el plano, en cuanto lenguaje proyectual. Vivir el plano. Tavella vuelve a abrir sus viejos libros. Los relee, observa detalles otrora desapercibidos por completo, como el grano de la película fotográfica de las reproducciones en blanco y negro que ilustran algunos ejemplos de los casos estudiados por los autores; busca planos de construcciones uruguayas que nunca llegaron al libro de Curtis y los relaciona con los ejemplos icónicos de la arquitectura europea y norteamericana. Escanea imágenes, descarga otras de la Internet, imprime esquemas, los interviene gráficamente, y finalmente, luego de una larga fase de investigación gráfico-teórica, se dedica a una placentera y lúdica entrega pictórica.
Recuerda las clases de su maestro, Miguel Ángel Pareja, encuentra ecos con el cromatismo vibrante y la utilización pura, ausente de modelado, de los colores del planismo uruguayo de los años 1920 y 1930, y recrea ciertas tramas reguladoras basadas en las proporciones del rectángulo áureo en composiciones que exigen un espectador atento, interesado en el juego, la historia, y la relación incierta, tensa, entre la forma expresiva y la abstracción geométrica. Al sobreponer planos de diferentes proyectos arquitectónicos sobre un mismo plano con líneas regidas por la proporción áurea, y agregarles color de manera totalmente subjetiva, descubre nuevas formas icónicas. Éstas, a su vez, se alejan de la matriz arquitectónica original, de modo que el plano de la Ville Savoye sufre un corte que al repetirse en otra extremidad del plano, se transforma en un pez torres-garciano, la Intendencia de Montevideo confunde el ángulo de visión transformándose en un gigante robot que parece salido de una vieja película de ciencia ficción, y el plano de la casa de Mies van der Rohe desvela, a partir del desplazamiento fortuito con sus elementos arquitectónicos como la escalera y el garaje, el hocico de un perrito infantil.
El sarcasmo o la ironía? Alusión a un mundo infantil instaura un hilo de humor que se mantiene en toda la exposición. Además de estas acuarelas basadas en intervenciones sobre planos modernistas, Tavella crea una ambiciosa intervención arquitectónica in situ y site-specific sobre la primera pared en la entrada del Museo Nacional, que juega con los dibujos hechos por los niños, o mejor dicho, hechos por adultos para los niños, de la típica casita básica: un cuadrado, un triángulo sobre el cuadrado, una chimenea, una puerta, dos ventanas. Una casita-carita. Al entrar al Museo Nacional, uno luego pasa por debajo de unos arcos ojivales que tienen esa misma forma triangular, y no se sabe bien si fueron realizados en los años setenta durante la reforma del arquitecto argentino Clorindo Testa o proyectadas por el uruguayo Groisman. Lo que si se sabe es que son algo muy peculiar. De modo de llamar la atención a esa extraña interfaz arquitectónica, que se vuelve a repetir en la pared siguiente, Tavella transforma el espacio de la entrada del Museo trabajando, nuevamente, con el plano, la forma y el color.
Completan el repertorio expositivo una video-animación donde sintetiza toda la lógica y metodología aplicada a las demás obras, y un juego escultórico interactivo, convocando una participación-intervención física, directa, del público.
El jueves 18 de octubre, se presentará el lanzamiento del libro-catálogo que acompaña esta muestra, en evento que contará con una performance musical de Santiago Tavella y la presencia de la escritora invitada, artista y curadora argentina Graciela Taquini.
Verónica Cordeiro
Ministerio de Educación y Cultura
Dirección Nacional de Cultura
Museo Nacional de Artes Visuales